Quién iba a decir que una ventana diera para tanto. Elegir una es más complicado de lo que parece. Los fabricantes no se han quedado de brazos cruzados y han sacado al mercado perfiles y vidrios capaces de reducir el consumo energético, las filtraciones de aire y de polvo, los escapes de calor y los ruidos. Hay que recordar que la ventana es el punto débil de la casa, el hueco por el que se escapa el 15% de la energía.
Unos buenos cerramientos ahorran hasta un 50% en calefacción, así que toca echar cuentas. “Es una decisión que puede condicionar la factura energética de los próximos 20 años y, además, las viviendas se revalorizan al mejorar su aislamiento y su clasificación energética”. A la hora de cambiar las viejas ventanas por otras más eficientes, primero hay que fijarse en su capacidad aislante, que viene indicada en la etiqueta. Cuando más bajo sea el coeficiente U o nivel de transmitancia térmica, más aislamiento tendrá. La clasificación de invierno tiene siete niveles, que van desde el color verde y la letra A para los mejores, hasta el rojo y la letra G para las peores. Después, hay que elegir el perfil, ya sea de aluminio con rotura de puente térmico (RPT), de madera o de PVC. Las ventanas tradicionales de hierro simple instaladas en España durante muchos años tiene buena culpa del despilfarro energético del parque inmobiliario actual.
Uno de los materiales más empleados es el aluminio, pero siempre con rotura de puente térmico, es decir, con un material aislante (resina o poliamida). Así, “la parte externa de la ventana no entra en contacto directo con la interna.
Al margen del marco, el 80% de la superficie de la ventana está formada por vidrio, cuyo coste supone el 10% del cerramiento. Y aquí las posibilidades se multiplican. Eso sí, actualmente el doble acristalamiento es el requisito mínimo para cualquier cerramiento que se precie. A partir de ahí, las prestaciones mejoran si el espesor de la cámara del doble acristalamiento tiene como mínimo 16 milímetros y si el aire del interior de la cámara es sustituido “por gas Argon de menor conductividad térmica ”, dicen en Guardian Glass España.
Ya puestos a hacer obras, lo mejor es comprar cristales bajo emisivos, que son hasta tres veces más aislantes que los estándar. Otra opción son los vidrios con control solar, apropiados para países soleados como España, donde reducir el calor del sol que atraviesa las superficies acristaladas es clave para ahorrar en la factura del aire acondicionado. Mucho mejor si se opta por cristales que combinan control solar y baja emisividad, que reducen la pérdida de calefacción en invierno y la ganancia solar en verano. Y si, además, se busca evitar ruidos, hay que apostar por vidrios laminados acústicos. “El futuro más próximo, sobre todo en zonas climáticas severas, pasa por la utilización de triples acristalamientos con dos camaras en lugar de dobles con una camara .
La persiana también importa. Las de aluminio llevan una capa aislante interna, son algo más pesadas y más resistentes, y están indicadas para locales o unifamiliares. Las de PVC son más ligeras y silenciosas y están indicadas para cualquier vivienda , pero tienes menos vida. No hay que olvidarse de los burletes que se colocan en los bordes de las ventanas: evitan las filtraciones de aire y ahorran hasta un 35% de calefacción.